viernes, 9 de agosto de 2013

Mi maternidad

No he tenido mucho tiempo de escribir. No me siento en mi "lugar", y parece que las palabras y las ideas se me escapan. Estamos de "vacaciones" en la Costa del Sol, y aunque no lo quiera, hay una desconexión. 

¿Que escribo? Lo mejor es desahogarme un poco hija, la mejor terapia.

Tu sabes que estoy escribiendo un cuaderno con todos los pequeños y grandes acontecimientos que han sucedido desde que estabas en mi vientre. Tengo mucha ilusión que sea tu "tesoro" y lo guardes como tal. Quiero que tengas una "huella" de tu herencia. Quiero que te conozcas, que me conozcas, que nos conozcas, y que en algún momento, cuando te haga falta, cuando te cuestiones, entiendas por qué eres como eres. Espero dar respuesta a todas tus preguntas. Quiero que te sientas libre, sin ataduras, que te aceptes, que te comprendas, y que si tienes deseos de cambiar algo que no te gusta, lo puedas hacer con todo el conocimiento que se requiere.


Y en este blog, quedará otra huella para ti. Para ti, y para todos nuestros amigos blogeros. Y te puedo (o les puedo) contar cómo es nuestra maternidad, porque te darás cuenta que cuando llegue tu hora de ser madre, hay muchas formas de ser, porque todas somos distintas, todas tenemos distintas experiencias de vida. Pero nuestro punto en común, es que todo lo hacemos pensando en vosotros.

No hay libro que nos enseñe a cómo ser madres. Con lo único genuino que contamos es con nuestra experiencia de vida. Pequeña o grande, nos delinea como personas, nos da un marco en donde movernos. Aprendimos a actuar, a responder, a solucionar problemas de cierta forma. Nos encontramos en situaciones extrañas y las solucionamos con lo que tenemos a mano.

Por otro lado, tenemos lo que aprendimos de los demás. En nuestra casa siempre hubo niños: primos, hijos de primos, hermanos, etc. Y por ese lado cuando te tuve en casa me sentía segura de que lo que debía hacer contigo. Cómo debía mudarte, cómo debía bañarte, cómo debía cogerte. Por supuesto luego hay cosas más importante que solucionar, y que justamente están relacionadas en la forma de cómo nos criaron nuestros padres.

Y creo que la última tiene que ver con las personas que contamos en esos momentos en que criamos. A nosotras nos tocó estar un poco solas. Toda mi familia se encuentra en Chile, y la familia de tu papá viven relativamente lejos. Así que en momentos de decisiones rápidas, sólo contábamos con nuestros antepasados, nuestra herencia, con nuestros genes y con nuestros instintos.

Seguramente si hubieses nacido en Chile, como quise en un momento, te hubiese criado de otra manera. No sé si mejor o peor, pero definitivamente de otra manera. Lo claro es que no hubiese estado sola, habría tenido a mis "mujeres". Hubiese tenido más manos para tirar cuando necesitaba de tiempo para descansar, para bañarme tranquilamente, o para tomar desayuno, o simplemente para poder hablar con alguien. No me malinterpretes hija. Aunque estabas a mi lado, y estaba feliz de tener aquella cosita tan pequeña e indefensa en mi cama, me hizo mucha falta hablar con alguien más mayor, y desahogarme cuando me sentía ahogada. Muchas veces quise arrancar, salir, gritar...lloré muchos días, y aún lloro, y también me aguanté para pedir ayuda. Sólo estaba tu papá para eso, y él trabajaba. El cambio es inmenso, se necesita tiempo para adaptarse, la verdad es que no es nada fácil. ¿Basta el amor? Creo que sí, mi cuerpo estaba cansado, está cansado, pero mi corazón se hinchaba al verte. No me juzgues hija, cuando seas madre y sientas lo mismo, espero estar ahí y darte el tiempo para que te “adaptes” en esta hermosa labor de ser madre. 

La soledad me ha dado el silencio necesario para escucharte, para escuchar mi corazón. En momentos de dudas, he podido pensar y profundizar de por qué soy como soy como madre. La soledad me ha dado la posibilidad de criarte "sin gritos", sin "bulla", con mucho tiempo para ofrecerte y para que lo utilices como quieras. Me ha dado la posibilidad de mirarte con calma, y tratarte con calma, con soltura y con conocimiento.

Así te he podido criar, y me siento feliz de que sea así, ha sido de mucha intuición, de procesos de auto conocimiento, pero por supuesto tiene cosas que no me siento cómoda. Muchas veces ha habido silencio más que innecesario.

Somos solo nosotras dos, me he ganado tu amor, no por el hecho de haberte tenido en mi vientre o haberte parido, sino porque a lo largo de estos 10 meses he tenido las fuerzas, las ganas, el tiempo y la paciencia para conocerte, para que me conocieras. No todos pueden decir eso, te lo aseguro.

Y cuando me buscas cuando estás triste, cuando estás insegura, cuando estás feliz, veo que al final no lo he hecho tan mal. Te amo con todo mi corazón.




No hay comentarios:

Publicar un comentario