miércoles, 22 de octubre de 2014

Casi dos meses de Guardería - Parte I: La danza de las hormonas y la fiel Oxitocina.

Hace un tiempo que quería escribir sobre la experiencia que significa la guardería. Ahora mi hija ya con casi dos meses en ella, y mirando con más distancia puedo expresarme.

La pregunta ¿tiene que ir a la guarde? ¿cuando debería ir? no se me pasaron por la mente hasta el año. Y ya digo que sólo se me pasaron por la mente, porque hasta que el hecho fue real, tuvo que pasar otro año más.

Y creo que tuvo mucho que ver con el "estado de maternidad" en la que me encontraba. No es fácil de explicar, pero tenía una imagen de mi como una "mujer voluptuosa, abrigadora, que da abrazos fuertes, donde se está calentito y seguro, que es puro silencio....Y por supuesto no cabía en mi, tener a mi hija "despegada" ni por un segundo. Así que guarde, ni pensarlo.

Oleo de Max Beckmann

¡Y adivina lo que era!. La danza de las hormonas y  la fiel Oxitocina.



¡Que hormona más buena!
Esta hormona que facilita esta simbiosis entre madre/bebé, que hace que el cuerpo de la madre, que es el hábitat ideal para el desarrollo del bebe, este disponible (¿se parece mucho a esta imagen de un "espacio" calentito, acogedor, seguro?), esta hormona es que la estaba actuando y muy presente en mi cuerpo, en nuestro cuerpo y que hacía que la "separación" fuera aún algo impensable.

Esta fiel hormona la podemos encontrar en muchas situaciones (preludios del acto sexual, orgasmo femenino y masculino, estimulante contracciones del útero, alumbramiento placenta, etc), pero claramente estaba muy presente en nosotras debido a la Lactancia. Al año, Alba aún seguía con el pecho como principal alimento. La comida estaba "entrando" muy de a poco, realmente como debe ser, un complemento a la lactancia materna. (Recomendación OMS), y por lo tanto, en cada toma, en cada mirada, en cada contacto, había una ola de "la Oxi" que llenaba los espacios y momentos de felicidad y bienestar.

¿Como mi mente y cuerpo podrían querer "alejarme de ella"? ¿a "cortar" esos lazos emocionales íntimos que aún estábamos construyendo? Por suerte, podía quedarme con ella, cuidar de ella, y dejar pasar el tema de la guardería el mayor tiempo posible, por lo menos hasta que mi interior me lo indicara, o mis hormonas!!

Y fue así; a medida que pasaron los meses: 18, 19,20.... y por supuesto viendo que Alba era más autónoma (que no significaba que ella quería estar sola), a medida que la teti se iba (y ahora mismo lo es) convirtiendo en un vínculo más emocional y afectivo que alimenticio, que empezaba a hablar, a querer formar frases  y hacerse entender, que yo misma volvía a sentir y experimentar mis ciclos, me pregunté si Alba podría ir a una guarde por unas horas.


Sentía que estaba pasando por otro "estado de maternidad", mucho más ágil, activa, más abierta, mucho más exteriorizada, con mucha más fuerza. Y como tal quería y tenía muchas ganas de "trabajar"; de dedicar mucho más tiempo a la Asoc., al blog, a mis proyectos propios, a los proyectos DIY, a la lectura, etc.

¡Y mi Oxi! Pues aún estaba ahí, manifestándose de otra manera, con otra energía. Bajo la influencia de la Oxitocina no solo nos volvemos más apacibles, sino que también más sociables, más disponibles a interactuar (por eso juega un papel fundamental en los primeros momentos con nuestro bebe recién nacido porque afianza el vínculo madre/bebé).
Hay una mejor predisposición antes los demás, aumenta la empatía, la generosidad y la confianza y es posible que sea esta la causa del aumento de asociaciones, organismos, blogs en tiempos de lactancia y crianza.

Aun así estaba en una especie de disyuntiva; quería seguir siendo "mama mullidita", pero mi cuerpo me pedía ser "mama We Can Do it". Y así fue!, y siento que todo ha sido para bien, pero aquí empieza otra historia.

Aún así me gustaría decir que es importante escuchar nuestro cuerpo, nuestro corazón. Será más fácil comprender lo que está pasando, y sabremos reaccionar mejor.

Con respecto a la guardería, doy las gracias de que podía y tenía la opción de poder seguir criándola en casa, y no haberla tenido que enviar pequeñita, incluso antes del año a la guardería. De quedarme en casa y no con la angustia de "como estará mi hija". Era una opción que no debía desperdiciar, mi cuerpo no lo permitía.

Pero ya sabéis como continúa la historia!, será en un próximo capítulo!!!

Seguid vuestros instintos. Un gran abrazo




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