viernes, 5 de julio de 2013

Instintivamente, Crianza con Apego

Ayer terminé de leer "Paula", un libro de Isabel Allende, y mi corazón terminó apretujado de dolor, compasión y finalmente tranquilidad. Lo primero, después de secarme las lágrimas fue ir a ver a mi hija que ya dormía. Y vi con tranquilidad que su barriga subía y bajaba, y le dije que la amaba.

Y es que desde que soy madre, no hay nada más importante en mi mundo que ella, su bienestar y su felicidad. Nos damos cuenta que todo lo que le deseamos a nuestros hijos no son las cosas materiales; no queremos el carrito súper chachi (...ahora si lo regalan...!!!), o la cuna que ocupa media habitación con cosas inútiles. Aunque debo reconocer que un cambiador no me hubiese venido mal para la espalda!!!. ¿Pero realmente mi hija hubiese sido más feliz con él?  o ¿estaría sin llorar cuando le cambio los pañales??!!!.   

Lo que quiero decir es que lo más importante y primero es el bienestar de nuestros bebés, y luego las cosas que puedan adornar la maternidad. Y en este mar de sentimientos que saltan y que no sabes controlar, aparece el instinto maternal, eso que aunque nunca hayas sido madre anteriormente, sabes perfectamente como hacer las cosas: No te puedes equivocar con tu bebé.

Crianza natural le pone palabras al ritmo que adquirimos como madres, y que no rechazamos!!, porque algunas veces lo aprendido en la familia, lo que nos muestra la sociedad o el capitalismo es más fuerte, más bien le gana a nuestro instinto maternal. 

¿Porqué gusta tanto a muchas mujeres este tipo de crianza?. Porque alguna vez se sintieron ahogadas entre un mar de dudas, de disputas internas de cómo es mejor criar a la persona que más amas en el mundo. Todos opinaban algo distinto, y en muchas tú respondías: No, no creo que sea lo mejor. Lo que no sabías es que la respuesta estaba en tu corazón. Y cuando te enteraste que dormir con el bebé, o tomarlo en brazos cada vez que llora no es nada malo, sino al contrario, dijiste: ¡Viste, yo sabía que no era así, y claro, es que me siento más feliz cogiéndolo!!! Nos sentimos liberadas de tantas opiniones, y nos empezamos a sentir "empoderadas de nuestra naturaleza": Ser mujer y madre.

No creo que la crianza natural deba ser de un solo color. Puedo seguir una crianza natural aunque no realice el colecho!, por supuesto que si. Pero sí que debemos tener en cuenta que todo se hace por amor. Y algunas madres dirán: Pero todas amamos a nuestros hijos, todo lo hacemos por amor. Y de seguro que es así. Lo he visto en mi madre. Pero hay algo más: El adultocentristo y la empatía hacia nuestros bebés. Y esto es lo que cuesta y lo que hay que cambiar.

El adultocentrismo se basa en una interacción y un poder de los adultos sobre los más jóvenes. ¿Puede este tipo de enseñanza ser buena para nuestros hijos?. Me acuerdo siempre de cuando mi mamá, y estoy segura que a muchos les pasó, que me decía la siguiente frase:

Adulto: "....vas a hacer esto porque lo digo YO, porque soy tu madre!!"
Niña: "¡Y yo soy tu hija!"

Tenía opinión, pero en esta sociedad no se escucha a los niños, sino que se les censura. Ya no me gustaba mucho esto de que hubiera una jerarquía vertical. Eso de que "yo no me equivoco porque soy la mamá, tú si". Me hubiese gustado que alguna vez me hubiera pedido perdón, hubiese tenido mi admiración y respeto.
Entonces, ¿Porque no hacerla horizontal?.  

"Se gana y se trabaja codo a codo con el niño...Se basa en la idea en que ante una conducta negligente, hay que aprovechar lo bueno que ha realizado el niño (siempre hay algo positivo, búsquelo) y orientarle en cómo mejorar la situación..."
Rosa Jové: La crianza feliz

Y la empatía, ay la empatía!!!, la capacidad de ponernos en el lugar del otro, que difícil es. Pero es tan linda!!!, porque con ella podemos hacer feliz al otro, a nosotros mismos y podremos vivir mejor. ¿Y los bebés no caben dentro del grupo con los que se puede ser empático?. Hay que ponerse en el lugar del bebé y ya no nos "imaginaremos" que nos están usando, que son manipuladores, que nos engañan..¡¡¡pero que criaturas son estas!!!

Se sabe que los bebés no guardan recuerdos, y no lo hacen hasta aproximadamente los 2 años. Tampoco razonan. ¿Entonces cómo es que maquinan grandes planes para hacernos enloquecer?. No saben cómo controlar esa ola de emociones, nosotros si!!, debemos ayudarle y enseñarle como se hace.

"Si tu pareja se va de viaje y no lo verás por mucho tiempo, ¿no te pones triste que incluso caen lágrimas varios días?. Si es así, ¿podemos entonces entender a un bebé que "siente" lo mismo, pero que no sabe expresarse, solo llorar y tampoco sabe cómo controlar ese llanto?"

Cuando lo pienso digo, ¡pero que angustia para un bebé que no lo entiendan, ni él mismo sabe que es lo que le pasa!. Pero la empatía en la crianza con apego va más allá y aquí hay algunas situaciones:

  • Colechar con nuestro hijo (en la misma cama o habitación) porque nos necesitan, por eso lloran. Hay que dejar de aceptar "llorará al principio, luego se les pasará". ¿Porque no lloran después?, porque se dan cuenta que nadie va  por ellos cuanto lo necesitan.
  • En relación con lo anterior, contacto físico permanente. Ya está bueno de censurar a las madres que quieren tener a sus hijos en brazos con frases como: Se va a volver amamao; lo estás malcriando.
  • Lactancia materna a demanda...que les puedo decir!
  • Atender a los llantos del bebé. Si llora es porque algo le pasa. Y no basta las típicas "necesidades cubiertas": alimento, pañal limpio y abrigo. También cuenta, y mucho!, el amor, los abrazos y los besos. ¿No nos sentimos a gusto cuando nuestra pareja nos da cariños cuando nos sentimos cansados o tristes?
  • Y por supuesto la no violencia física ni verbal. Y el verbal incluye algo que se llama Síndrome de Alineación Parental (SAP). Y es cuando un padre habla mal del otro. (En algunos países esta conducta es penalizada)

Cuando trabajemos en la empatía hacia nuestros bebes y a no imponer la fuerza desde arriba (autoridad vertical), veremos que todo es más fácil y que estamos educando a niños felices y seguros de ellos mismos. Les dejo un cuento que aparece en el libro que he mencionado anteriormente. ¿Lo conocen?!

Había una vez un lobo jardinero que se dedicaba a cuidar un pequeño bosque. Un día oyó acercarse a una niña con una caperuza roja que cruzaba el bosque pisando la hierba y arrancando sus flores. Preguntó a donde iba, le dijo que a ver a su abuela que estaba enferma. Para evitar males mayores, la desvió por un camino algo más largo, pero asfaltado, que bordeaba el bosque.
Al poco se da cuenta de que ha debido de coger unas flores urticantes y, cruzando el bosque por el camino más rápido, llega a casa de la abuelita.
La abuela en cuanto lo ve, se encierra en el armario y mientras el lobo trata de convencerla para que salga oye acercarse a la niña.
-¿Que hago? Le he pegado un susto de muerte a la abuela, y ahora voy a causarle un disgusto a la niña si no la ve.
Recoge el gorro de la abuela, se lo pone y piensa: "Me hago pasar por la abuela y, después de que la niña se vaya, intento calmar a la pobre mujer".
La niña se acerca a la cama y nota ciertos cambios morfológicos que va preguntando, hasta que al final se da cuenta del engaño y sale corriendo. El lobo va detrás para intentar calmarla.
Por el bosque merodeaba un cazador que había seguido el rastro de los gritos y al ver a un lobo a tiro no se lo piensa dos veces y dispara. El cazador contento, la niña contenta y la abuela también.



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