El problema además es que no podíamos ir a dar nuestra vuelta diaria por la mañana porque se había puesto a llover, así que nos tocó ingeniárnoslas y hacer algo en casa. Teníamos una caja de cartón fuera en el balcón, donde además le gusta y la utiliza como "refugio", se mete ahí y juega con sus peluches, pero la utilizamos de otra manera: la metimos a la cocina y sobre ella todas las cositas de "cocina" que servirían para jugar y acompañar a mamá.
Pero de a poco la cosa fue cambiando ¿Y si hacemos una masa? Harina y agua!
De a poco esto estaba tomando forma y el juego se hacía más entretenido. Ahora el agua, y manos a la masa!!! Hasta nos pusimos el delantal.....
Y claro, a esta edad a Alba lo que más le gusta es pasar las cosas de un cacharro a otro, así que de hacer "bolitas", poco la verdad. Aumentamos los cacharros, un poco más de harina (incluso incorporamos arroz y porotos) y llegamos al equilibrio!!!. Se lo pasó pipa.
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